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sábado, 2 de octubre de 2010
El museo de las Banderas Micronacionales
La Gran Sociedad Simbólica de Vexilología, Heráldica y Numismática Micronacionales, a través del Museo Novotrigarantino presenta su colección de banderas, estandartes, escudos y moneda micronacionales.
El Museo Trigarantino presenta una colección de banderas del micronacionalismo hispánico. La recolección y clasificación de los lábaros que representan símbolo y micropatria es la principal tarea del Museo Novotrigarantino.
lunes, 27 de septiembre de 2010
Banderas y banderolas publicitarias a doble cara
Desarrollada enteramente por Vía Pública, la bandera a doble cara se configura como la primera opción, a la hora de duplicar el mensaje o de asegurar la dirección del viento.
Se fabrican en cualquier medida para su instalación en mástiles de hasta 10 metros, ya sean con driza o con brazo de potencia.
Los acabados suelen ser con refuerzos al lado del mástil, doble costura perimetral y enganches en forma de beta, anilla u ojal, pero se puede realizar cualquier otro acabado
SE FABRICAN EN CUALQUIER MEDIDA Y SE ACABAN CON DOBLE COSTURA PERIMETRAL, REFUERZOS, BETAS O OJALES Y ANILLAS METÁLICAS SEGÚN LOS CASOS
Las aplicaciones de un material ligero, resistente y completamente OPACO son ilimitadas.
Doble mensaje, ya sean cara y dorso iguales o diferentes, admitiendo cualquiercombinación y sin límite de modelos.
Las banderolas destacan por su caracter ecológico y duradero.
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DOBLE MENSAJE.CARA Y DORSO IGUALES O DIFERENTES.INDICADAS PARA MÁSTILES CON DRIZA O BRAZO DE POTENCIA .
LA BANDEROLA, TIENE LAS MISMAS APLICACIONES QUE LAS TRADICIONALES DE PVC PARA FAROLA, PERO CON MENOS PESO Y MAYOR DURACIÓN.
ES UN PRODUCTO TOTALMENTE ECOLÓGICO Y ESTÁ DISPONIBLE DESDE UNA SOLA UNIDAD.
LA TELA Y LAS TINTAS SON BIODEGRADABLES.
La impresión se realiza digitalmente en nuestros talleres textiles y las telas se subliman a 200 grados centígrados durante 23 segundos.
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POLIESTER OPACO DE 290 GRAMOS Y TINTAS DISPERSAS BASE AGUA
LA BANDERA O BANDEROLA A DOBLE CARA SE FABRICA MEDIANTE TÉCNICAS DE IMPRESION DIGITAL DIRECTA, CON TINTAS BASE AGUA Y SE FIJAN MEDIANTE UN PROCESO DE SUBLIMACIÓN A 200 GRADOS.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Banderas y pegatinas contra la visita del Papa a Santiago.
Según ha podido saber El Confidencial Autonómico, los primeros carteles desfavorables al evento aparecieron en Santiago las primeras semanas de julio. Decenas de vecinos colgaron banderas rojas en sus casas donde se podía apreciar, en blanco, una señal de tráfico de ‘Peligro’ con una mitra dibujada dentro. Debajo se podía leer: “Eu nom te espero” (”Yo no te espero”).
La fiebre del Mundial cambió estas telas por enseñas españolas pero, desde mediados de agosto, los carteles colgados de los balcones contra el Papa han vuelto a apreciarse en la ciudad de Santiago.
Con la vuelta de la polémica, un grupo de jóvenes ha promovido la creación de unas pegatinas ofensivas con el Sumo Pontífice. En el adhesivo aparece una imagen de Mehmet Ali Ağca, el turco que en 1981 atentó contra Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro del Vaticano. Junto a la fotografía, aparece la siguiente advertencia: “Yo sí te espero“.
Los impulsores de estas pegatinas explican, a través de su página web, sus motivos para mostrarse contrarios a la visita de Benedicto XVI, al que califican como “pequeño nazi bávaro“: “Estamos en contra de las visitas del Papa por dar malos consejos a los pobres africanos y por suplantar a Juan Pablo II: el único Papa que existió″.
Pese a la presión por parte de varios sectores de la población ante la llegada del Pontífice a Santiago de Compostela, el ayuntamiento de Compostela no ha tomado ninguna medida extraordinaria: “La seguridad es competencia de la Delegación del Gobierno y no vamos a entrar es su terreno“.
Estas palabras pertenecen a una voz autorizada del consistorio. La misma fuente, consultada por este confidencial, añade: “Las pegatinas son poco visibles y no deben preocuparnos. En cuanto a las banderas, no podemos retirarlas al estar instaladas en los hogares de los ciudadanos y no podemos allanar sus viviendas”.
Desde la Delegación del Gobierno en La Coruña recuerdan a este confidencial que el Cuerpo Nacional de Policía asumirá la protección integral de la visita Papal y las competencias genéricas de seguridad ciudadana y policía judicial en el ámbito de la ciudad de Santiago, mientras que la Guardia Civil asumirá la custodia y protección de la “zona aire” del aeropuerto de Lavacolla y la vigilancia del tráfico interurbano.
Vea a continuación las banderas y pegatinas que se pueden observar en Santiago:
martes, 21 de septiembre de 2010
La bandera de la liberación vuelve a Francia 64 años después de su robo
En tiempos de guerra es habitual que los soldados que participan en los conflictos se queden con 'souvenirs' únicos y, normalmente, robados. Según el filósofo Glenn Gray, combatientes arriesgan sus vidas para adquirir estos mementos particulares porque, aparte de su valor material que puedan tener, los objetos tienen enorme valor simbólico: no sólo sirven como testimonio del acontecimiento vivido, si no que el propio acto de conseguirlo implica una confianza interior que uno va a llegar a sobrevivir el conflicto y mostrar ese trofeo personal.
A lo largo de la II Guerra Mundial muchos de los combatientes se entretenían compitiendo para conseguir más y mejores souvenirs que sus compañeros. Innumerables son los veteranos que volvieron a casa con pistolas luger adquiridas de los cadáveres de enemigos batidos y parafernalia nazista robada de las distintas ciudades que liberaban de la ocupación hitleriana.
El 25 de agosto de 1944 -el día que entraron las tropas estadounidenses en París-, un joven soldado norteamericano se hizo con un souvenir particularmente llamativo. En medio de las celebraciones en la capital, el militar escaló el Arc de Triunfo y se robó la enorme bandera francesa que se había colgado para marcar el fin de la ocupación. El veterano mantuvo la bandera -de unos 11 metros de largo- con él durante lo que le quedó del conflicto, y cuando terminó la guerra se la llevó a casa en Nueva York.
Sin embargo, ya devuelta en Estados Unidos, el veterano empezó a ver su trofeo personal como un símbolo no de valor, si no de vergüenza. Había robado la bandera de la liberación de un pueblo que había pasado cuatro años ocupado por los nazis. Desconcertado, ocultó el objeto.
Hasta este año. Seis décadas y media después de ser robada, la bandera vuelve a casa. El sábado autoridades del Ayuntamiento de París tomaron posesión del gran tricolor en el pueblo de Chandolas, en el sur de Francia -primera parada en su retorno triunfal a la capital-. Aunque el veterano ha insistido en mantenerse en el anonimato, por la vergüenza que sigue sintiendo por el robo, las autoridades parisinas dicen estar encantadas con su gesto, e insisten que sólo sienten un enorme agradecimiento hacia su persona.
"Este hombre arriesgo su vida por liberar a nuestro país. Sentimos hacia él todo el afecto de un pueblo profundamente agradecido", dijo una fuente del Ayuntamiento.
La historiadora Christine Levisse-Touze ha sido encargada para verificar la autenticidad de la bandera; tras una examinación inicial, la francesa dice que el tricolor parece corresponder con la bandera desaparecida, y su preservación cuidadosa ha hecho que esté en una condición excelente.
Levisse-Touze insiste que el acto en 1944 no se debe considerar como un robo. "Era muy normal quedarse con objetos para recordar las andanzas durante la Guerra; honestamente, si un soldado americano se quiere llevar un souvenir de Francia, no creo que hay nada mal en hacerlo. Lo que hizo, dado el contexto, es algo por el que no se le puede criticar".
La bandera fue colgada originalmente por bomberos parisinos ligados a la Resistencia el 25 de agosto de 1944 para celebrar la entrada en la ciudad de las tropas de la Segunda División Armada del general francés Philippe Leclerc. La bandera desapareció el mismo día, y no hubo constancia de ella hasta el año pasado cuando el chef francés Armand Lourdin coincidió con un grupo de veteranos americanos en un club privado del pueblo de Chappaqua, Nueva York.
Uno de ellos le confesó, en privado, que había sido quien se había robado la bandera, y pidió que Lourdin la devolviera a Francia. El sábado el chef la entregó en su pueblo natal de Chandolas. En los próximos días se espera el retorno definitivo del tricolor a la capital francesa.
El Mundo, Edición Digital
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